domingo, 10 de enero de 2010

Iba en mi bici, cantando esa canción de Fito que dice que todo lo que al mar tiramos nos lo devuelve siempre la marea

Tres días atrás me salí de la carretera general, es muy rápida pero bastante aburrida. Cogí un desvío hacía otra carretera que va en la misma dirección pero esta es un poco mas dura pero atraviesa un parque nacional que es precioso. Me quedé a dormir en el parque en una cabaña de bambú y paja, dormí muy bien.

Cuando llegué llovía a mares, en vez de una bici parecía un submarino en la carretera... Cuando me desperté por la mañana y vi un cielo azul y que empezaba a salir el sol me puse muy contento y me dije: hoy hace un buen día para darle a los pedales. Salí a las seis de la mañana, hacia fresquito.

Pues bueno iba yo en mi bici, cantando mentalmente esa canción de Fito que dice que todo lo que al mar tiramos nos lo devuelve siempre la marea cuando a mi derecha se me arrima una moto.

Normalmente todos los días se me acercan muchas, me preguntan que de donde soy, de donde vengo, a donde voy. Lo normal. pues bueno este pensé que me preguntaba todas estas cosas, le sonreí y bueno, se fue, pero a unos cincuenta metros veo que se para en un camino de tierra y al acercarme me dice con la mano que me pare y vaya donde el estaba.
Con el dedo le dijo que no, que seguía mi camino. No paré y seguí. De pronto lo veo otra vez a mi derecha y de pronto me metió mano en los huevos. Le di una patada en la moto que casi se cae. Venia detrás un coche a toda leche. Podía haber ocurrido una desgracia.
Pues nada el tío me adelanta otra vez y hace lo mismo: a unos metros se para y yo pensé, bueno como hace fresquito lo que este tío quiere es que le caliente los morros.
Me paré para sacarme la máquina de fotos que la llevo detrás en la lycra envuelta en una bolsa de plástico y se me ocurrió hacer como que marcaba unos números y me la puse al oído y hice como que hablaba con alguien y funcionó, el tío se fue con su moto y yo seguí con la canción de Fito.

Me dirijo en estos momentos al campamento base en Pattaya para descansar un poco, reparar la bici que tiene los dos piñones pequeños rotos, pasó la armadura de unas gafas de metal por todo el grupo.

Descanso un poco, mando todas las fotos y preparo mi viaje a Malasia en bici para terminar los diez mil kilómetros en Asia en solitario.

Por eso me estoy dando tanta prisa, de todos modos me gusta ir rápido y estar encima de la bici. Las dos primeras semanas sufrí mucho porque me dolían mucho las nalgas pero ahora ya no me duele y me gusta hacer kilómetros. Me encuentro cómodo con este ritmo.

Ya contaré más cosas, también me han ocurrido cosas chachis que ya os iré contando a todos.

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