lunes, 8 de febrero de 2010

Cuando los duendes quieren jugar

Hace no sé cuántos días, en Sadeo, la frontera de Malasia con Tailandia, me ocurrió algo muy curioso. Me fui al 7 Eleven a comprar agua y unas galletas y cuando fui a pagar con bahts, me dijo el de la caja que sólo admitían ringis y yo me había olvidado de cambiar en la frontera. Le dije que no tenía ringis y dejé el agua y las galletas encima del mostrador, y ya me iba cuando detrás de mí escuché a una chica europea con un español bastante bueno que si necesitaba ayuda.

Bueno, el caso es que me ofreció el cambiarme mil bahts en ringis. Me explicó que como tenía que coger el avión en Bangkok y tenia suficientes ringis, no era ningún problema. Nos pusimos a hablar y me explicó que ella también había llegado desde Bangkok a Malasia en bici, que la tenia en el hotel. Le pregunté que cuándo salía para Kuala Lumpur, que es donde me dijo que quería ir y me contestó que no lo sabía.
Me extrañó porque Sadeo no tiene nada: es una especie de mercado de carretera y el hotel un poco cutre. Le pregunté si había estudiado español en Inglaterra y me dijo que sus padres pasan largas temporadas en el sur de España. Le di las gracias y me fui sin darle más importancia...

Pero cuando los duendes quieren jugar....

A dos días de Sadeo, en la carretera vi al pasar a una chica que tenía problemas con su bici: estaba cambiando la rueda, había pinchado, me di la vuelta y le dije que si podía ayudar en mi inglés. Me dijo que sí en español. Me quedé alucinando, pensé aquí en Malasia todos los guiris hablan español. El caso es que le arreglé el problema. Me he hecho especialista en arreglar pinchazos. Después me preguntó que si era problema que me acompañara un rato. Le dije que al contrario, que llevaba muchos días solo y que me vendría bien un poco de compañía,..
Para no alargar mucho el tema, el caso es que le dije que era muy valiente al hacer este viaje sola... y me dijo que lo había comenzado con su pareja pero que tuvieron una discusión y lo había dejado en la frontera, y que no pensaba volver.
También me dijo que llevaba dos días sin dormir, se le notaba, en cierto momento se puso a llorar y yo me adelanté para dejarla sola. No sabía qué hacer. El caso es que cuando paró de llorar se puso a mi altura y me pidió disculpas. Le dije que no se preocupara, que yo también había pasado momentos duros y que llorar era bueno.
Le dije que era muy duro dejar a su pareja tirado en la frontera de un país extraño, que si no sentía nada. Me dijo que no: eso me hizo hervir la sangre en las venas, me hizo recordar cosas que prefiero olvidar. Para cambiar de tema, le pregunté que donde había aprendido español y me dijo que sus padres tenían una casa en el sur de España.

Entonces se me encendió una luz en la cabeza y me puse a atar cabos... La chica era bonita, debía tener treinta y pico de años. Me molestó su prepotencia al decirme que no sentía nada y pensé que la señorita necesitaba una lección. No sé porqué pero quería ser duro con ella y le dije que su pareja la estaba esperando en el mismo sitio que ella la dejó, se apartó de mi como si la hubiera mordido una víbora, me miró con cara de asustada y me dijo que como sabía yo eso y le expliqué lo del 7 Eleven y se tranquilizó.

El caso es que se paró con la bici y yo seguí pedaleando y pensando que no llevaba ni una hora con una mujer y ya estábamos peleando, cuando vi por el retrovisor que venía a toda pastilla y pensé que si era grosera le diría que siguiera su camino y yo el mío. Se acercó, me dijo que por favor parara. Paré, dejé la bici apoyada en un árbol, ella hizo lo mismo, me dio un abrazo, las gracias, cogió la bici, cambió de carril y se marchó y yo me quede allí de pie asta que la perdí de vista y recordando la peli de Forrest cuando Jane le dice “corre Forrest, corre”.

Después, pensando que teníamos ella y yo muchas cosas en común, que a los dos nos gustan las bicis, que los dos estamos muy lejos de casa, y que a los dos nos gustan las mujeres... A veces miro para atrás esperando ver a las dos pero creo que será difícil que me alcancen, les llevo mucha ventaja, besos a todos

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