El lunes saqué dinero sin problemas; de todos modos tenía dólares que cambié en Camboya. En estos últimos días no he podido, por los pueblos que he pasado, encontrar Internet. En Vietnam las zonas rurales son muy pobres y los pueblos tienen lo básico, bueno, ni eso, por tener no tienen ni recogida de basura… por lo tanto el libro comprado en Madrid para traducir, en estos pueblos no me sirvió de nada. La gran mayoría no saben leer, ni falta que les hace porque se les ve muy felices: se ríen por todo. Todos y todas me tocan los brazos porque tengo muchos pelos que parecen de oro y se parten de risa... En dos días he hecho trescientos kilómetros. Me encontraba fuerte y he acortado un día la llegada a Saigón. El hotel es limpio y me cuesta seis dólares. La gente me mira como si fuera un extraterrestre. La bici la llevo tuneada, tengo un mástil con tres banderas: la tay la de Camboya y ahora la vietnamita… Las he puesto por uno de los motivos y el mas importante para que me vean desde lejos en la carretera... El reto en Asia no es hacer miles de kilómetros sino salir vivo del intento. Las carreteras son un peligro constante, no puedes perder la concentración o eres pajarito frito y no estoy exagerando... Mañana salgo dirección Hanoi. Por los kilómetros y el estado de las carreteras espero llegar en dos semanas... Por cierto, para animar al caos de circulación cayó una tromba de agua que me caló hasta los huesos, después vino el barro, menos mal que estaba llegando a Saigón… Con decir que al primer hostal que llegué estoy seguro que estaba vacío pero me miro con cara de asustada y me dijo que no tenía ninguna habitación libre y temiéndome que en todos los sitios donde fuera me iba a pasar lo mismo me fui a una gasolinera y con una manguera a presión lavé la bici y a mi también y dio resultado: en el siguiente hostal me recibieron de mil amores. Ahora intentaré buscar un sitio donde comer y después me iré a dar una vuelta. Este sitio lo merece. Besos a todos y todas…
Posdata: yo ya era famoso - 16 de diciembre de 2009
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