martes, 9 de marzo de 2010

Aquí todo se compra y todo se vende.

Aquí todo se compra y todo se vende.
Un tay tiene una moto vieja, le suelda al lado una chapa vieja, le pone una rueda vieja, se va a la casa del abuelo que tiene piñas de millo, le pide con mucho respeto una docena, las asa en un cubo de metal viejo, se va a la playa, las vende a los turistas y “voilà”, ya tiene un negocio, y nadie le dice nada, si acaso un policía le dice algo, le suelta unos pocos céntimos y todo el mundo contento. Y a esto le llamamos corrupción...

Vamos a ver lo que es la corrupción…

En España por ejemplo, el mismo tío quiere montar el mismo negocio, y vamos a desmenuzar la cuestión:
Coge la moto vieja. Primero, tiene que ir a soltar dinero a la ITV para pasar la moto vieja.
Si se la pasan, tiene que soltar una pasta.
Si quiere soldar una chapa vieja y ponerle una rueda vieja, tiene que pedir permiso a x, que le cuesta una pasta.
Cuando ya tiene la moto, tiene que ir a industria para que vea si la moto cumple los requisitos, y soltar otra pasta.
Cuando todo lo de la moto termina, hay que ir al ayuntamiento a sacar una licencia de venta, y soltar otra pasta.
Y cuando has terminado y ya tienes todos los permisos, resulta que como no tienes abuelo que tenga piñas, porque el campo se está abandonando, tienes que comprarlas.
Pero después de soltar tanta pasta, resulta que no te queda dinero para comprar las piñas y no hay negocio.
Tu dinero se ha perdido en el camino para pagar a señores que no dan un palo al agua y encima tienes que darles las gracias hablando de corrupción...
Este tema se puede meter dentro de mi viaje en bici por Asia, porque estas reflexiones las hago encima de la bici.

Otro día hacemos una reflexión de las marcas que cosen en Tailandia, que tiene mojo la cosa, veréis como nos entendemos.
Besos a todas, hoy no me apetece dar abrazos, y ahora me voy a comer arroz

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