miércoles, 26 de enero de 2011

Frontera Tailandia Kampuchea, 1a parte

Voy a tener que cambiar mi comportamiento sobre el tema de la corrupción, esta intransigencia mía solo me trae problemas… cuando os comenté que en Chanburi me daban un mes mas pagando, pues mira por donde,… era cierto, esa es la ley… otra cosa es que cuando tenía todos los papeles rellenos, me dijeron que pasara por caja a pagar, eso hice. Pero me querían cobrar el doble de lo que vale, les dije que me devolvieran el pasaporte, que me iría a buscar un visado en la embajada de Camboya. Eso a las nueve de la mañana, a las diez con el cabreo preparé la catayan - es como se llama la bici en tay - de mala manera, de prisa y corriendo, y salí dirección Camboya a las diez y media, aunque solo está de Pattaya a trescientos cincuenta kilómetros, la carretera tiene sus complicaciones y más saliendo a esa ora que es cuando mas tráfico hay y el calor insoportable...

Bueno como diría un colega mío, vamos a hacerla cortita. Tardé tres días en llegar a la frontera de Kampuchea, hecho un cristo por los avatares de la carretera, mal dormido, el ultimo día antes de llegar tuve que dormir en un banco del 7eleven, pasando la frontera tay me di cuenta que había mucho revuelo, mas de lo normal, normalmente hay mucho alboroto en esos veinte metros de tierra de nadie Allí se comercializa de todo porque no se pagan impuestos. Me di cuenta de que algo raro pasaba, los policías de la aduana tay normalmente son muy huraños y nunca hablan, te sellan el pasaporte con el sello de salida y poco mas. Ese día me echó una parrafada que no entendí nada.

Aunque lo entendí cuando ya era tarde para dar la vuelta. Necesitas el visado de salida de Camboya después de haber cruzado la frontera, os cuento por que lo entendí: saliendo unos metros de la frontera tailandesa vi en un lado de la carretera ocho o nueve cadáveres, bueno solo vi los pies, unos estaban tapados con mantas, otros por encima con ropa vieja, y otros con sacos vacíos de arroz que seguramente cogieron de los márgenes de la carretera y les pusieron encima unas piedras para que el viento no arrastrara los sacos... Dejé la bici en el suelo y cogí la máquina de fotos, en ese momento veo a un tío que viene casi corriendo y con cara de muy mala catadura… Cuando me fije mas me di cuenta que llevaba una pistola en la mano, enseguida me di cuenta de lo que le molestaba. Guardé la máquina en la cartuchera, junté las manos y pedí disculpas. Empezó a insultarme y a empujarme, en ese momento pensé que me iba a pegar un tiro y seguro que me lo hubiera pegado si no llega a aparecer un tío de uniforme que lo hizo ponerse firme y guardar la pistola.
Después me enteré que el de la pistola también era militar de paisano.

Me llevaron a una estancia donde había un austriaco y un ruso, los dos periodistas. El austriaco había trabajado unos años en Brasil y en portugués pudimos entendernos. El ruso hablaba poco y solo en ruso, el militar de los galones me hizo un montón de preguntas, todas encaminadas y empeñado que si yo era periodista, les dije que no se llevaran mi pasaporte y me dijeron que esperara allí...
Así pude enterarme por el austriaco de lo que estaba pasando… no voy en estos momentos hablar de lo que sentía, lo dejamos para el siguiente correo y os cuento lo que está ocurriendo en esa frontera en la segunda parte ahora un abrazo a todos y todas a todas dos abrazos

No hay comentarios: