lunes, 24 de noviembre de 2008

Nadie quiere ser más que nadie...

Aquí las cosas, las culturas son milenarias y son muchas y muy variadas las comidas, los olores que te recuerdan a cada minuto del día que estás en un mundo que desconoces totalmente. Lo único que parece y que tienen un común denominador es el gusto por la vida y su amabilidad en este país aparentemente caótico si analizas un poco encuentras un orden que en Europa no existe. Aquí todo el mundo habla con todo el mundo aunque no tengan nada que decir basta con que los escuches aunque ellos saben que no los entiendes no paran de hablar. Nadie quiere ser más que nadie, son felices con lo que tienen y no tienen nada. Cuando te sonríen son sinceros y cuanto más te alejas de las grandes poblaciones más te adentras en ese mundo de olores y sabores totalmente nuevos y desconocidos que te hacen preguntarte si no somos nosotros el tercer mundo ......de todas las maneras mi viaje solo acaba de empezar…
(más tarde, el mismo 19 de noviembre de 2008)

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